Año 4124, se cumplen 100 años de la catástrofe nuclear en la Tierra, los
sobrevivientes han abandonado su hogar para vivir en una estación espacial
“Avaya”. El capitán Fausto es el primer ministro en la estación, todo pasa por
sus oídos antes de que toda la estación lo sepa. Los últimos reportes demuestran que la tierra
contenía altos niveles de dióxido de carbono, gases y radiación los cuales
harían que cualquiera muera sofocado en menos de un minuto. Hace poco llego a
la sala de mando el científico Alex Hunter con unos análisis sobre la
habitabilidad de la tierra, al parecer hay señales de calor detectadas desde el
suelo terrestre. El capitán Fausto analiza la situación con sus hombres de
confianza quienes lo aconsejan sabiamente sobre que deberían hacer ya que hace
muy poco tiempo los mecánicos reportaron desperfectos en el sistema de
ventilación de la estación. Han pronosticado no más de 5 meses de vida a Avaya.
La decisión era difícil, tenían que deshacerse de la población que menos
necesitara el aire. Debían expulsarlos como se castiga a los delincuentes,
debían ser flotados fuera de la estación, directo al espacio; sin traje, sin
casco, sin reservas, era una sentencia de muerte asfixiado sin oxigeno. La
solución estaba clara, pero la pregunta era ¿Quiénes debían ser los enviados a
morir? Difícil decisión para Fausto. Enviaremos a todos los prisioneros haya
abajo, si hay alguna posibilidad de que sobrevivan podrán ser libres, decidió
Fausto junto a sus consejeros.
Ericka era una chica de 20 años, delgada, castaña, pelo liso, ojos cafés
claro, sonrisa brillante, con un muy buen sentido del humor, intrépida y audaz,
no le tenía miedo a nada, pero ese era su problema… Ericka era prisionera en el
Avaya, había escapado de la escuela para hacer lo que más le gustaba, escribir
mientras veía las estrellas en el espacio. Ericka había sido puesta en prisión
preventiva por un mes. Su madre era una de las mejores doctoras de la estación
y su padre el mejor mecánico de la misma; él mismo fue quien descubrió el fallo
en el sistema de ventilación y hace ya más de un mes que había sido flotado por
querer hacer pública la noticia. La madre de Ericka al enterarse que su hija
sería mandada al planeta tierra, corrió a buscar a Fausto quién ha sido su amante,
pero ella lo ha rechazado. Le ruega que por favor no envié a su hija, pero el
orgullo lastimado del capitán Fausto, hace todo lo contrario.
Los prisioneros sin saber a dónde van, caminan en línea recta con los ojos
vendados, poco a poco los introducen en la nave espacial, se cierra la
escotilla y todos se quitan los ajustados vendajes de los ojos para ver la
impactante realidad. De pronto sale alguien debajo de las provisiones, es un
chico llamado Steve, Steve es el hermano de Kelly, una prisionera que iba en la
nave. Steve empieza a contar todo lo que ha sucedido y al relatar por qué se
encontraban en la nave, las caras de los 50 prisioneros reflejan tristeza,
enojo y decepción. Ahora con tan solo una par de cajas de provisiones que
durarían 1 semana, una nave espacial y los mismos prisioneros, serían parte de
un terrible experimento para poder devolver la vida a la tierra.
La velocidad del cohete es tan rápida que lo único que alcanzan a ver es
como si las estrellas chocaran entre ellas, el aterrizaje es con problemas pero
finalmente la nave aterriza. Kelly es la primera en saber si tienen una
oportunidad afuera, se pone de pie sobre el sillón, abre la escotilla, gira la
ventana y emerge a la superficie después de 100 años de aparente soledad. Mira
a su alrededor, todo es un bosque quemado con un poco de vegetación, una gran
humedad; pone un pie en la tierra, inhala, exhala… Nada, el aire se siente
puro… Respira hondo, exhala… Sale Steve en busca de su pequeña hermana, se da
cuenta que el aire a primera impresión es respirable. Salen todos los integrantes
de la nave y se sienten libres, por primera vez hace 100 años alguien pone un
pie en la tierra. Se juntan y empiezan a construir una campamento-base
alrededor de la nave.
Muchos van a explorar el terreno y sus alrededores, Ericka va junto a Steve
y Kelly, junto a otros dos chicos, exploran hacia el norte de la base. De
pronto, se escuchan roces con el pasto, como si alguien corriera cerca de
ellos, nadie ve nada, pero se escucha el sonido cada vez más cerca. Detrás de
un árbol corre un perro, pero hay algo extraño en él, al girar su cabeza y
verlos directamente, tenía otra cabeza sobre el cuello, efectos de la
radiación. Todos corren hacia el camino que lleva fuera de la montaña, el perro
se continúa acercando a un ritmo rápido, se mueven los arbustos y salen 2
perros más, uno de 3 cabezas y el otro con 7 patas. Llegan a unas vías de tren,
Kelly es la primera y pasa sobre las vías y al dar el otro paso es tirada del
brazo por Steve quien evita que caiga a un precipicio. Ambos caen sobre las
vías del tren, de pronto suena una bocina y es un tren bala que está a punto de
pasar exactamente sobre donde ellos se encuentran sentados, Ericka y los chicos
son acorralados por los perros juntos a Steve y Kelly. No hay escapatoria, los
perros los rodean, agresivos y hambrientos, el tren a más de 200 k/h y el borde
del abismo de más de 80 metros. Finalmente, los perros se abalanzan, el tren
está a punto de atropellarlos y ellos dan un paso hacia el abismo, cuando de
repente, todo se detiene…
Ericka abre los ojos y está justo donde estaba hace 1 hora, en su clase de fundamentos
de las ciencias sociales, mientras su catedrática habla sobre las bombas
nucleares que soltó Estados Unidos. Ella repasaba sobre su examen de la
contaminación del medio ambiente. La catedrática le pide una conclusión de la
explicación recién dada en clase. Creo que en resumen debemos estar alejados
completamente de la radiación, en especial los perros, contestó ella.